Monitoreo de las corrientes marinas del Golfo de México — ecologica
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Monitoreo de las corrientes marinas del Golfo de México

Porfirio Álvarez y Xavier Flores-Vidal

Los diversos sectores usuarios del Golfo de México y el Caribe como el turístico, el extractor y procesador de petróleo y gas, el minero, el naval, el agrícola, el pesquero, el ganadero y las comunidades asentadas en las entidades costeras circundantes requieren de nuevos instrumentos de medición en apoyo a las múltiples actividades productivas.

El conocimiento, tanto del clima como de las condiciones del mar, es esencial para llevarlas a cabo con seguridad y menor riesgo posible. Así, en las maniobras de perforación exploración y explotación de hidrocarburos, la movilidad de las plataformas petroleras y todos los instrumentos alrededor de esta industria deben contar con información del patrón de corrientes marinas, en casi tiempo real.

En las costas, la construcción de infraestructura portuaria y urbana igualmente requiere conocer, entre otros factores, el transporte de sedimentos litorales, la fuerza y dirección de las corrientes, el clima, y el oleaje, para evitar procesos de erosión costera que pudieran afectar a la población y a los ecosistemas litorales.

Las ciudades y centros de población, tanto rurales como metropolitanos, también requieren de esta información que, combinada con la del clima, pueden salvar muchas vidas. El trágico ejemplo del huracán Katrina dejó una tremenda lección al gobierno de Estados Unidos, pues la instrumentación de estos equipos de medición de las corrientes marinas en el norte del Golfo de México no era su prioridad.

Mientras tanto, en México ya se avanza sistemáticamente en la instalación y operación de radares oceanográficos (HFR) que permitirán obtener mapas de corrientes marinas en tiempo casi real. Se espera que para finales de este año, el Golfo de México esté completamente cubierto de estos instrumentos, desde el estado de Tamaulipas hasta la península de Yucatán. Este esfuerzo es coordinado por la Universidad Autónoma de Baja California, UABC, con el apoyo del fondo Conacyt-Sener que aportó los recursos al programa de oceanografía más grande de la historia de esta región a cargo del Consorcio de Investigación del Golfo conocido como CIGOM y que encabeza el Centro de Investigación y Estudios Superiores, CICESE, con sede en Ensenada.

Los escaterómetros ya fueron instalados el año pasado en Campeche y Tabasco cubriendo la sonda de Campeche. En breve, Tamaulipas pondrá en operación sus equipos y comenzará a fluir la información de las corrientes marinas. Luego harán lo propio Veracruz y Yucatán.

Esta valiosa información servirá para múltiples propósitos y varios sectores se verán muy beneficiados con estos. Por ejemplo, para acotar las zonas de búsqueda de alguna embarcación extraviada, los modelos de predicción a partir de las corrientes superficiales ayudarán a acotar la zona de búsqueda, reduciendo costos y ampliando en margen de éxito de un rescate.

En el caso de eventos hidrometeorológicos extremos, esta información es vital para proteger a la población de los desastres asociados con inundaciones, mareas de tormenta, elevación del nivel del mar, entre otros. Mientras, el sector energético y ambiental podrán hacer uso para el seguimiento de potenciales derrames y fugas de petróleo o aceite, procesos de contaminación marina, florecimientos algales tóxicos (marea roja), transporte de masas de agua, etcétera.

El sector naval desde luego que también es beneficiario de esta información en términos de la seguridad de la vida en el mar, seguridad marítima en rutas, maniobras y en patrullaje de la zona de jurisdicción nacional de los mares de México. Se trata así de nformación muy importante.

El equipo de trabajo de la UABC es multidisciplinario pues se requiere no solo del conocimiento oceanográfico sino de expertos en electrónica y ciencias de la computación, que en su conjunto cuidan la calidad y continuidad de los datos obtenidos, así como la disponibilidad de los mismos para otras investigaciones científicas. La disponibilidad de datos de calidad en tiempo real es una condición primordial para apoyar a otros procesos de investigación en este gran ecosistema marino.

Así, México aspira a tener la primera mitad de lo que es ya conocida como la Red Mexicana de Radares de Alta Frecuencia. El legado que la UABC (con sede en Ensenada) deja en el lado del Atlántico es formidable. Esto dará paso a que los egresados de las instituciones de la región Golfo y Caribe puedan incorporarse a estas tareas y para que los grupos de investigación marina locales hagan uso de estos datos en otros procesos de conocimiento. Y por si fuera poco, se facilita la coordinación entre las instituciones de educación e investigación de toda la región.

Porfirio Álvarez
Consorcio de Instituciones de Investigación Marina del Golfo de México y Caribe
Correo-e: [email protected]
Xavier Flores-Vidal
Universidad Autónoma de Baja California, Instituto de Investigaciones Oceanológicas
Correo-e: [email protected]