El paso del huracán Ida por la costa este de Estados Unidos — ecologica
Usted está aquí: Inicio / Artículos / El paso del huracán Ida por la costa este de Estados Unidos

El paso del huracán Ida por la costa este de Estados Unidos

Con información de AFP, EFE, Reuters y Frances Peirón, corresponsal de La Vanguardia, España

Una ciudad tan musical, ruidosa y luminosa como Nueva Orleáns perdió sus señas de identidad cuando pasó el huracán Ida, uno de los más poderosos de los que se tiene constancia. Y precisamente el mismo día que, hace 16 años, el Katrina causó una de las mayores tragedias de su historia.

A oscuras, con las calles vacías, sin sus melodías habituales, solo se escuchaba la percusión poco rítmica de los generadores eléctricos. Al amanecer, el panorama era desolador. Decenas de esas calles y avenidas de la metrópoli del jazz aparecieron inundadas con escombros y materiales arrastrados por las fuertes lluvias.

Además de destruir el tendido eléctrico de parte del estado de Luisiana (afectó a dos millones de residentes), de provocar devastación y destrucción, Ida fue degradándose a tormenta tropical. Causó al menos cuatro víctimas mortales.

Calcular la dimensión del desastre llevará tiempo. El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, avisó de que “el recuento de muertos puede subir de forma considerable”. Muchas carreteras están bloqueadas y son intransitables, mientras que el servicio de telefonía móvil dejó de funcionar en numerosos lugares, por lo que se complica la capacidad de determinar los daños. Puede llevar semanas antes de que se recupere plenamente el tendido eléctrico. “El huracán ha venido y, por desgracia, ha hecho todo aquello que advertimos”, lamentó Edwards.

Ida siguió su ruta hacia Misisipi, con vientos mucho más débiles, de 60 kilómetros, y el problema se centró en las potentes lluvias que llevaba.

En Luisiana no todo era negativo. Las autoridades cruzaban los dedos porque los diques estaban aguantando a pesar de algunas alarmas. La rotura de los diques fue la causa principal de la tragedia del Katrina en el 2005, que se saldó con la muerte de mil 800 personas y miles y miles de desplazados.

“No ha habido brechas en las presas o desbordamientos”, según Kimberly Curth, portavoz de la agencia encargada de la protección de esas instalaciones.

Los equipos de emergencia y de rescate se desplegaron por la zona sudeste del estado. En algunas regiones hubo numerosas llamadas de residentes que estaban atrapados en las buhardillas, donde se refugiaron ante la crecida del agua.

Cuatro hospitales de Luisiana sufrieron daños y 39 instalaciones sanitarias tuvieron que trabajar con generadores. Cerca de 3 mil ciudadanos fueron evacuados a refugios, aunque esa cifra aumentó a medida que se procedió a rescatar personas atrapadas en sus hogares. La situación aún es complicada porque este es uno de los estados más afectado por el repunte de la Covid.

El fantasma del Katrina

Nueva Orleáns vive bajo el fantasma del Katrina, el huracán que causó una de las mayores tragedias naturales en Estados Unidos. Asustaban las informaciones previas sobre Ida, una tormenta de grado cuatro, mientras que Katrina era inferior. Había malos presagios.

Pero los expertos consideran que hay elementos clave que diferencian las dos tormentas. Intentaron aliviar el miedo de que esto fuera una secuela del 2005. Recordaron que ha habido grandes mejoras en el sistema de diques, cuya ruptura fue clave en aquella tragedia. “El Katrina cambió la ciudad para siempre, pero estamos mucho más protegidos, los diques son más fuertes y más altos”, según la agencia responsable de esas instalaciones.

Y se inunda la Gran Manzana

Pero no fue todo, pues unos días después la ciudad de Nueva York y Nueva Jersey fueron sorprendidas por una terrible tormenta que provocó que se inundara el metro y colapsara el transporte. Los remanentes del huracán Ida trajeron lluvias históricas al noreste de Estados Unidos. Por las inundaciones murieron decenas de personas. Algunos ahogadas en sus departamentos en los sótanos de los edificios. El Servicio Meteorológico de Estados Unidos (NWS) registró un récord histórico de 80 mm de lluvia en una hora en Central Park.

Las inundaciones bloquearon las principales vías de tránsito Manhattan, el Bronx, Queens y las ciudades cercanas. Afectaron a más de 20 millones de personas y dejaron a la región en pésimo estado. Se trata de la primera de emergencia por inundaciones repentinas que se declara en la historia de la megalópolis, golpeada en octubre de 2012 por el huracán Sandy.

Cientos de vuelos fueron cancelados en los aeropuertos de Newark, La Guardia y JFK. En la ciudad de Nueva York, prácticamente todas las líneas del metro quedaron suspendidas al ser inundado por auténticas riadas y cascadas de agua que caían tanto por las escaleras de las estaciones como por los techos de los túneles. Cientos de personas fueron evacuadas de trenes y del metro y los equipos de emergencia tuvieron que usar botes para salvar a las personas de los techos de sus autos.

Las precipitaciones y fuertes vientos también barrieron el condado de Westchester, al norte de Nueva York, y muchos sótanos de casas se inundaron en cuestión de minutos. Más de 300 mil hogares quedaron sin suministro de electricidad.

Las inusuales lluvias en Nueva York pasaron solo 11 días después del paso de la tormenta tropical Henri, lo que provocó nuevas alertas de la comunidad científica sobre lo que será la nueva normalidad debida al calentamiento climático: el aire más caliente alberga más agua y permite a las tormentas ganar fuerza más rápido y crecer más grandes.

Cabe advertir que el gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, pidió suministros de combustible de emergencia para ayudar a millones de hogares u empresas sin electricidad y a 600 mil personas sin agua, por el paso de Ida. El número de muertes aumentó allí a seis. Miles de personas se quedaron sin nada, sus casas destruidas. Y hay pueblos enteros inundados evocando los recuerdos del huracán Katrina, que mató a unas mil 800 personas y casi destruyó Nueva Orleáns hace 16 años.

Lo ocurrido, confirma que la costa este de Estados Unidos y sus grandes ciudades, comenzando por Nueva York, están muy expuestas a los efectos desastrosos del cambio climático. El mes de agosto ha sido una prueba de ello.

Y habrá más tragedias.