Los veranos en el Mediterráneo serán cada vez más y más calientes — ecologica
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Los veranos en el Mediterráneo serán cada vez más y más calientes

Las riberas del Mare Nostrum se están convirtiendo en un infierno. Turquía, Grecia e Italia han sido este año pasto de las llamas, en incendios que ya han dejado más de 10 muertos, decenas de heridos y miles de evacuados, entre ellos turistas. Buena parte de culpa la tiene el cambio climático, que ha traído un aumento generalizado de las temperaturas en toda la región y que empeoró la situación el pasado agosto en España.

Los incendios no son raros en la cuenca mediterránea. Pero la magnitud de los registrados en julio-agosto en lugares como la costa sur turca rompieron las estadísticas existentes. En la provincia de Mugla, bañada por el mar Egeo, el fuego asedió varios resorts, forzando a sus clientes a huir incluso en lanchas. Antalya, más al este, fue otro de los puntos calientes. “Todo lo que tenía se ha quemado por completo. He perdido corderos y otros animales”, se quejó amargamente Ibrahim Aydin, granjero, al diario Sabah.

La multiplicidad de focos en Turquía se ha combinado de forma letal con la falta de recursos contra las llamas, en especial de medios aéreos, una situación que ha desatado críticas en las redes sociales. Al margen de la ayuda brindada por Irán, Rusia o la UE, España envió dos aviones apagafuegos CL 416, un avión de transporte C 295 de la Fuerza Aérea y personal de apoyo. La mayoría de los pobladores de las regiones afectadas reconocen que “jamás hemos visto algo así”.

El análisis del Copernicus, el servicio de observación atmosférica de la Union Europea, ha detectado que los incendios turcos alcanzaron los 20 gigavatios de potencia, cuatro veces más que el máximo diario medido hasta la fecha. “Estos números están fuera de los márgenes en comparación con los últimos 19 años”, confirma Mark Parrington, científico del Copernicus, al diario The Guardian. Las densas columnas de humo surgidas de Antalya y Mersin sobrevolaron la isla de Chipre.

Para Joan Pons, ambientalista y cofundador de la consultoría INSTA, “no hay una única causa” para los incendios, azuzados por soplos de aire africano. Pero la principal, destaca, “es el aumento general de las temperaturas”, precedido de “una primavera y un invierno relativamente secos” y con “un cambio del régimen de lluvias, probablemente consecuencias del cambio climático”. El experto advierte que esta tendencia inflamable “se irá repitiendo, con veranos cada vez más cálidos”.

Por su parte, La Organización Meteorológica Mundial no se equivocó al señalar en agosto que en la mayor parte de las regiones de los países del Mediterráneo las temperaturas rebasarían los 40 grados en agosto. Y así fue, como en el centro-sur de España.

Incendios en Turquía

Más de 180 incendios arrasaron bosques, cultivos y zonas habitadas de las costas de Turquía. La oposición culpa al presidente ultraderechista Recep Erdogan, de no haber sabido mantener su flota de aviones hidrantes y de haber tardado demasiado en aceptar la ayuda internacional.

El fuego alcanzó a una central térmica del sur de Turquía que tuvo que ser evacuada. Un equipo de filmación de la agencia francesa AFP documentó como los bomberos, la policía y los habitantes huían del lugar, mientras que las llamas se acercaban al perímetro de la central, cerca de la ciudad de Milas.

Autoridades locales habían indicado previamente que los tanques de hidrógeno que se utilizan para enfriar la central se habían vaciado y que los habían llenado de agua por precaución. La planta funciona con carbón y petróleo, según explicaron.

En unas imágenes publicadas por el alcalde de Milas, Muhammet Tokat, se veía el fuego a las puertas de la central. Finalmente el fuego fue controlado con dos aviones hidrantes enviados por España, que vertieron agua en las cumbres boscosas y en las zonas residenciales cercanas. Un avión hidrante ruso cayó a tierra y perecieron sus ocupantes.