Intervención de Paulette Dieterlen Struck
Reconozco plenamente la autoridad que el artículo 105 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos le otorga al Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para presentar una acción de inconstitucionalidad, cuando así lo crea conveniente, así también como la libertad que tiene para expresar sus convicciones morales. También reconozco que la Suprema Corte de Justicia es el poder que debe dirimir las acciones de inconstitucionalidad, tal como lo establece la Constitución mexicana. Sin embargo, me baso en el artículo 6º de la propia Constitución donde se afirma la libertad de expresión a la que tiene derecho todo ciudadano mexicano. Estoy conciente de que el tema del aborto es altamente controvertido. Cuando se discute sobre su despenalización se enfrentan creencias religiosas, morales y políticas de diverso orden. Por esta razón el debate debe darse en un contexto de convergencia de diversas disciplinas con una máxima seriedad argumentativa. Así, como académica, como universitaria y como filósofa que ha pensado sobre el tema deseo expresar lo siguiente: Me parece que existen dos clases de argumentos filosóficos para apoyar la despenalización del aborto: uno deontológico y otro consecuencialista.
El argumento deontológico se refiere al respeto a los derechos humanos de las mujeres, a la salud y libertad reproductivas. La línea de pensamiento que se refiere a la voluntad del supuesto progenitor es cuestionable por dos razones: 1) porque la mayoría de las mujeres que solicitan el aborto son abandonadas o violadas y por lo tanto en numerosas ocasiones desconocen la voluntad del progenitor; 2) porque si lo que se quiere defender es “el derecho a la vida” el acuerdo del progenitor, sobre la práctica del aborto, reduciría un derechopretendidamente fundamental simplemente a una decisión que toman dos personas en lugar de una. -El argumento consecuencialista se refiere a la despenalización del aborto como asunto de salud pública. En la actualidad muchas mujeres que, generalmente, pertenecen a los sectores económicosmás vulnerables de la sociedad practican el aborto poniendo en riesgo suvida. Por otro lado existen clínicas clandestinas en donde se practican los abortos sin cumplir con los requisitos médicos y las condiciones higiénicas necesarias. La despenalización del aborto permitiría que el aborto se realice en hospitales que sean reconocidos por las Instituciones de Salud Pública en México. Conociendo el respeto por la libertad de expresión que existe en el Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos solicito, atentamente, que mis ideas sean incorporadas en el Acta de la sesión correspondiente, misma que puede ser consultada en Internet”.