México tiene ejemplo de un gobierno Republicano en los antiguos Tlaxcaltecas — ciencias
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México tiene ejemplo de un gobierno Republicano en los antiguos Tlaxcaltecas

CINVESTAV. Una sociedad colectiva, igualitaria, sin nepotismos, donde el sistema político funcionaba y en la que las diferencias en las condiciones de vida de la gente común y la clase gobernante eran mínimas, son las características con las que describe Lane Fargher, investigador del Cinvestav Unidad Mérida, a la antigua Tlaxcallan, una ciudad mesoamericana que ha mapeado y excavado desde 2006 buscando entender su funcionamiento.


Fundada alrededor del año 1250 y ubicada cerca de la capital del estado de Tlaxcala, esta zona arqueológica de casi 450 hectáreas muestra, gracias al mapeo de su paisaje urbano, el estudio de documentos coloniales y del análisis de patrones comparativos con otras civilizaciones, que era una sociedad altamente colectiva y cooperativa, dice Lane Fargher, adscrito al Departamento de Ecología Humana.


Hoy podemos decir que Tlaxcallan, en términos estrictamente científicos, era lo que hoy llamamos una república, antes de la conquista de los españoles, más que una democracia. El poder supremo estaba concentrado en un consejo gobernante de entre 50 y 250 miembros, quienes accedieron a esa posición a través del mérito por servicio al Estado y colectivamente construyeron las políticas que los gobernaban. No había una tradición de heredar el poder, sino un verdadero interés por servir.


Para convertirse en integrantes del gobierno, los candidatos tenían que someterse a unas duras pruebas. Por ejemplo, acudir a la plaza pública y desnudarse para ser abucheados y golpeados por la multitud. Si pasaban a la segunda fase, debían permanecer hasta dos años en un templo, donde bajo la instrucción de los sacerdotes, aprendían el código moral y legal del Estado, de acuerdo con narraciones de Fray Motolinia y de cronistas como Diego Muñoz Camargo.


Cada integrante del gobierno tenía la responsabilidad de administrar una subdivision del Estado al que llamaban Teccalli, donde vivían grupos de personas. Ellos se encargaban de los servicios públicos, recolectar impuestos, mantener la seguridad, entre otras actividades. A su vez cada gobernante elegía a otros funcionarios para asistirles, dependiendo el tamaño y complejidad de su Teccalli.


La ciudad de Tlaxcallan, el asentamiento más grande del estado del mismo nombre, estaba dividida en tres distritos y éstos a su vez en 20 barrios, y en cada uno había cerca de mil a 2 mil personas.


Para Lane Fargher, la buena organización de los tlaxcaltecas les permitió repeler al ejército del imperio de la Triple Alianza Azteca y mantener su independencia y libertad, mientras que las culturas vecinas que no estaban organizadas de manera colectiva cayeron ante los aztecas.


Otro aspecto es la religión, los templos estaban dedicados al dios Tezcatlipoca, asociado con el mérito y la igualdad. Para ellos las personas tenían un valor por sus acciones, y no por ostentar un rango o por herencia. Así, mientras que los tlaxcaltecas veneraban a este dios, la nobleza azteca le tenía miedo, ya que pensaban que iba a llegar a quitarles toda su riqueza y poder, señala el también doctor en antropología por la Universidad de Wisconsin-Madison.


Para el científico del Cinvestav Unidad Mérida, estudiar este tipo de culturas prehispánicas permite recordar que hay alternativas para la organización, por ejemplo, que se puede lograr el beneficio de la gente, a través de la colectividad.


Los procesos de cooperación y de acción colectiva darían más capacidad de construir mejores sociedades. Los tlaxcaltecas implementaron estrategias de control para la corrupción, sistemas de seguridad y la amplia provisión de bienes y servicios públicos (sin tener las tecnologías complejas que disfrutamos hoy en día) y eliminando el paternalismo.


Lane Fargher continuará con las excavaciones este verano junto a sus colegas Richard Blanton, de la Universidad de Purdue, en Indiana; Verenice Heredia Espinoza, del Colegio de Michoacán; John K. Millhauser, de la Universidad Estatal de Carolina del Norte; Robert A. Cook, de la Universidad Estatal de Ohio, y Aurelio López Corral, del Centro INAH-Tlaxcala, para así concluir la primera fase de estudio en las áreas residenciales. También espera involucrar a los estudiantes de posgrado del Cinvestav Unidad Mérida en este proyecto, a fin de que generen sus propias investigaciones y tesis.

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