Presentan Atlas de Riesgos de la Reserva Ecológica de Pedregal de San Ángel
DGDC-UNAM. Con la finalidad de preparar un plan de manejo y aplicar acciones efectivas en la cultura y educación ambientales y para hacer partícipe a la comunidad universitaria y la sociedad en programas colectivos para preservar la vida silvestre y el paisaje del Pedregal, se presentó el Atlas de Riesgos para preservar la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, en el auditorio del Museo de las Ciencias Universum, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Es la única universidad que tiene una reserva ecológica en su campus central, esto quiere decir que el 30 por ciento total de Ciudad Universitaria es reserva. Hay mucha gente que piensa que la reserva es un terreno baldío y que se guarda para cuando se tenga algo que construir, pero la realidad es muy diferente, con el Atlas de Riesgos para preservar la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, se pretende difundir el conocimiento de qué es lo que se encuentra en ese lugar y como conservarlo”, comentó el doctor César Domínguez, director general de la Divulgación de la Ciencia de la UNAM.
“Esta reserva es un laboratorio natural interesantísimo, un socioambiente, es decir, un ambiente natural que claramente está conectado con una parte social, lo cual también es un objeto de estudio”, afirmó Domínguez.
Hace cuatro años se presentó el libro Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA), y recientemente salió la segunda edición del documento que incluye los cambios sucedidos durante el periodo 1983 a 2016, explicó la doctora Marisa Mazari Hiriart, investigadora del Laboratorio Nacional de Ciencias de la Sostenibilidad del Instituto de Ecología de la Máxima Casa de Estudios.
“La REPSA es una reserva natural de carácter urbano y representa uno de los últimos reductos del ecosistema del Pedregal al sur de la Ciudad de México, notable por mantener una alta biodiversidad en la cuenca de nuestro país. El conocimiento profundo del funcionamiento de este socioecosistema es una tarea urgente, pero dicha información científica de poco servirá si no se protege al Pedregal y a sus comunidades de vida silvestre, y si no somos capaces de integrar un programa de manejo y conservación afín a las características singulares del matorral xerófilo desarrollado sobre un terreno accidentado de formaciones basálticas, en una de las urbes más pobladas del planeta”, explicó la doctora Mazari Hiriart.
Entre las cuestiones que afectan de manera considerable a la REPSA, enumeró la interacción de más de 166 mil personas en Ciudad Universitaria, más de 100 mil como población flotante y la circulación de más de 70 mil automóviles diariamente en 730 hectáreas.
El investigador del Instituto de Biología de la UNAM y autor del libro, Luis Zambrano resaltó que de los 70 mil autos que circulan al día en la Máxima Casa de Estudios, 23 mil de ellos son taxis, lo que desde su punto de vista refleja la mala movilidad que se tiene en Ciudad Universitaria.
El Atlas de Riesgos contiene una selección de nueve riesgos ambientales y 14 mapas, los cuales fueron generados a partir del sistema de información geográfica de la Secretaría ejecutiva de la REPSA. Este sistema es alimentado constantemente mediante el procesamiento de imágenes digitales (fotos aéreas de 2005, 2008, 2011 y 2015), el mapeo en campo y la interpretación de la información recabada de distintas fuentes como tesis e informes. Los contenidos se basan en la recopilación de datos históricos y de campo presentada en la primera edición y actualizada a noviembre de 2016.
Entre los riesgos ambientales del Pedregal de Ciudad Universitaria y la REPSA son: Reducción y fragmentación del Pedregal y los espacios abiertos debido al crecimiento urbano; vulnerabilidad de los límites y caminos; presencia sistemática de personas; acumulación de residuos; introducción de especies exóticas; extracción y pérdida de especies nativas; contaminación lumínica, sonora y visual; incendios e instalaciones dentro de la Reserva.
Emiliano Cassani/DGDC-UNAM