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Anfibios y reptiles: fundamentales para la biodiversidad mexicana

Noemí Matías Ferrer

México es uno de los países con más especies de anfibios y reptiles. Se han registrado 376 especies de anfibios y 864 de reptiles, de las cuales 48.2 por ciento y 67 por ciento son endémicas al país. Esto suma 5.23 por ciento de los anfibios y 8.7 por ciento de los reptiles del planeta; todavía se siguen descubriendo nuevas especies de serpientes y lagartijas porque aún hay muchas regiones en el mundo poco exploradas. Por ejemplo, recientemente se descubrió una culebra nocturna en una isla remota del Pacífico mexicano y en este número de La Jornada Ecológica se presenta también a la especie de lagartija más recientemente descrita en el país: la lagartija espinosa de La Laguna. Los anfibios y los reptiles son componentes fundamentales de la biodiversidad mexicana.

Los anfibios

Los anfibios tienen el cuerpo desnudo, sin pelo o escamas, húmedo y con una gran cantidad de glándulas cuyas excreciones les dan protección. En algún momento de su ciclo de vida dependen completamente del agua o de la humedad, por lo que es un elemento clave para su supervivencia. Aunque todos los anfibios presentan estas características en común, la gran variedad de formas, y estilos de vida han resultado en una gran diversidad de especies.

El grupo con mayor riqueza de especies es el de las salamandras (Urodela) que incluye el 40 por ciento de las salamandras del mundo. Entre estas se encuentran las salamandras meramente acuáticas como los ajolotes del género Ambystoma: ajolote de Xochimilco (Ambystoma mexicanum) en la Ciudad de México o el achoque de Pátzcuaro (Ambystoma dumerilli), en Michoacán, ambos con poblaciones en riesgo de desaparecer. Una gran variedad de salamandras terrestres conocidas comúnmente como tlaconetes, entre las que destaca la familia Plethodontidae, con 117 especies. Los tlaconetes son muy pequeños por lo que pasan desapercibidos aunque se hacen evidentes en la época de lluvias.

Las ranas y sapos (orden Anura) son otro grupo importante de anfibios, el 20.4 por ciento de las especies del mundo se encuentran en México. Presentan una gran variedad de formas como las ranitas de hojarasca (Craugastor) que no ponen huevos sino que tienen desarrollo directo, los arborícolas (Hylidae) con discos adherentes que les permiten escalar en los árboles y permanecer pegadas en las hojas, o los “sapitos borrachos” (Rhinophrynus dorsalis), con protuberancias en las patas traseras que les sirven para cavar sus madrigueras en donde viven enterrados hasta que inicia la temporada de lluvia.

Tal vez el grupo menos conocido es el de las cecilias o “tapaculos” las que habían pasado desapercibidas por mucho tiempo debido a que viven debajo de la tierra. Este grupo se caracteriza por carecer de patas. El 10 por ciento de las especies del mundo está en México.

Los reptiles

Los reptiles se caracterizan por la presencia de escamas, hay especies acuáticas como las tortugas o cocodrilos y terrestres como las lagartijas y serpientes.

El grupo de las tortugas cuenta con 48 especies, las cuales son principalmente dulceacuícolas, se conocen como “casquitos” o “pochitoques” (Kinosternon); también hay especies terrestres como las tortugas del desierto del género Gopherus.

Entre las serpientes, la familia con el mayor número de especies es Colubridae, serpientes no venenosas. Son unas 393 especies con una gran variedad de formas y adaptaciones a diferentes hábitats. Por ejemplo, las del género Thamnophis, son semiacuáticas y acuáticas que han desarrollado una estructura hidrodinámica para ser excelentes pescadoras.

Otras especies son las fosoriales, que se caracterizan por tener una cabeza corta y puntiaguda que le permite deslizarse en las cavidades del suelo.

Entre las serpientes está el bejuquillo (Oxybelys) que imitan a los bejucos o lianas, ya que son delgadas, de color verde y se mueven entre los árboles. También están las constrictoras, representadas por las boas (Boa constrictor) y otras especies como los cincuates (Pituophis). Las serpientes del género Crotalus cuenta con el mayor número de especies en México, son mejor conocidas como víboras de cascabel. Su alimentación se basa principalmente en roedores por lo que contribuyen a su control.

La mayor riqueza de especies de reptiles en México está en el grupo de las lagartijas con un total de 417 especies, siendo la familia Phrynosomatidae la que tiene la mayor riqueza. Hay géneros como Sceloporus y Phrynosoma mejor conocidos como llora sangre o tepayatzin, lagartijas bastante comunes a lo largo del país. Otros de los géneros con un gran número de especies es el género Anolis, lagartijas de arborícolas muy comunes en zonas tropicales. Entre los reptiles menos diversos está la familia Bipedidae que es endémica de México.

Los endemismos más altos se encuentran entre las lagartijas de las familias Anguidae, Xenosauridae, Phyllodactylidade y Xantusiidae.

Amenazas y microendemismos

Una particularidad de la diversidad de anfibios y los reptiles son los microendemismos. No solo son especies únicas de México sino que se ubican en una región pequeña, aumentando su riesgo de extinción. Los anfibios son el grupo de vertebrados mexicanos con el mayor número de especies amenazadas; aproximadamente 164 especies se encuentran en peligro o peligro crítico. El principal factor de riesgo están las modificaciones de su hábitat original. También contribuyen a su declive los aprovechamientos extractivos, las enfermedades infecciosas emergentes y el cambio climático global.

En cuanto a los reptiles, las lagartijas y las tortugas son grupos amenazados. La modificación del hábitat es uno de los principales factores de riesgo aunado a la extracción del medio silvestre para abastecer el mercado de mascotas. El ejercicio internacional de la Alianza para la Extinción Cero realizado en 2010 detectó para nuestro país tres especies en peligro de extinción inminente, dos tortugas de Cuatro Ciénegas y el garrobo del Istmo.

En el caso de los anfibios detectó 104 especies en 37 sitios; de estos, sobresalen los dos sitios que tienen albergan el mayor número de especies en peligro de extinción inminente del mundo, la sierra de Juárez, en Oaxaca, y la zona de volcanes entre Puebla y Veracruz. Para proteger a los anfibios y reptiles, un componente fundamental de la biodiversidad mexicana, se deben proteger de manera efectiva estos sitios que representan el hábitat crítico de estas especies. La mayoría de estos sitios se ubican fuera de la áreas naturales protegidas existentes. Aún hay grandes retos por superar antes de cantar victoria de conservación de la biodiversidad mexicana.

Noemí Matías Ferrer
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Juan E. Martínez Gómez
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